@tonoarg

    follow me on Twitter

    miércoles, 12 de noviembre de 2008

    La fiesta de 15 (tercera parte)

    Los instantes mágicos
    Son varios, y se repiten perpetuamente en cualquier fiesta de 15.

    La entrega de la vela:
    En una mesa vestida hay quince velas, que serán entregadas a personas “especiales” para la cumpleañera. Generalmente todas van a familiares cercanos y amigas del colegio. Lo peor de todo es que no las entrega y ya, sino que tiene que explicar brevemente por qué la persona se la merece. Así, la cumpleañera tartamudea mientras agradece a sus padres por haberla traído al mundo y garpado la fiesta, a sus hermanos por apoyarla siempre, a sus amigas por “compartir tantos momentos inolvidables”. Seguramente llorará, y ahí será cuando la gente aplaudirá más fuerte, impregnándole algo de emoción al asunto.
    Y pensar que cuando entregó el rosquete no hizo tanto espamento…

    La foto de 15 y las firmas:
    En una foto gigante, probablemente color sepia o blanco y negro, haciéndose la artística, aparece nuestra quinceañera. Esta foto tiene un marco blanco muy grande, en el cual todos los invitados son conminados a dejar un pequeño mensaje, un augurio de felicidad para la homenajeada. Ahí mienten todos con frases como “Sos una divina, nunca cambies”, “Gracias por ser como sos”, “Sos una dulce, sos re buena, sos una personita alegre y llena de vida”. Los dibujitos de caras felices y muñequitos adolescentes inundan el mural, que terminará colgado en una pared de la habitación de la cumpleañera, siendo criticado por sus amigas cuando la visiten.

    El vals:
    Nadie sabe bailarlo, pero hay que pasar igual. La cumpleañera baila con el padre, después se acoplan la madre y el hermano, después los abuelos, después el pretendiente de la nena, que es empujado al centro de la pista, todo colorado, y recibe aplausos porque “se animó”. De todas maneras, lo correcto es hacer dos pasos y congelarse para la foto.
    CONTINUARA (sisi es re largo ja)

    3 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Leo esto y me felicito de seguir tratando de convencer a mi nena que se vaya de viaje y no me haga gastar en esas pedorradas, odio la ceremonia de las velas, los videos y toda la porqueria

    Penélope dijo...

    jajajaj!! es cierto, detesto los cumpleaños de quince.

    por eso yo preferi un viaje.

    la pase barbaro y fue la mejor plata que se pueda invertir.

    ah, y como tengo un hijo varon solamente, no tengo que pasar por esos problemas.

    Cintia dijo...

    idem Pen, me hice regio viaje y que la fiesta se la paguen otras.